La contaminación puede provocar cambios irreversibles en el medio ambiente y deteriorar la calidad de vida de los seres vivos, llegando incluso a amenazar su existencia. Generando consecuencias como: Infertilidad de los suelos por la pérdida de los nutrientes y propiedades, lo que reduciría la capacidad productiva en los cultivos y pérdida de biodiversidad. Insalubridad del agua que ocasiona enfermedades e infecciones gastrointestinales. Perdida de la capa de ozono lo que implica aumento de radiación ultravioleta. Destrucción de los ecosistemas, lo que amenaza la salud a largo plazo de los animales, los humanos y las plantas.

El calentamiento global resulta del aumento del efecto invernadero, un proceso en el que el calor generado por el sol queda atrapado en la atmósfera, producto de los gases contaminantes. La emisión de estos gases contaminantes como el metano o el óxido nitroso han ido en ascenso provocando el efecto invernadero, trayendo como consecuencia el derretimiento de los glaciares y con ello la crecida de los océanos, lo que conlleva a la desaparición de zonas terrestres y la extinción de la biodiversidad. Cambio climático que provoca variaciones en las temperaturas y los patrones climáticos, representando una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta.